La directora de comunicación y
divulgación de la fundación privada que convoca las conferencias ha estudiado, con toda seguridad, en las mejores escuelas de dirección de empresas.
Su discurso de presentación supura una mezcla equitativa de adrenalina,
entusiasmo y crispación que te deja en un estado de alerta ante no se sabe qué
peligro. Es joven y rubia, pero el tono de su voz y la tensión de su mandíbula
indican que ha pasado por más competiciones que la mayoría de chicas de su
generación. Y las ha superado todas, hasta el momento.
Presenta a los conferenciantes(disculpa
al representante de la administración que todavía no ha llegado) y
también nos explica quienes somos nosotros. Como hemos tenido que inscribirnos
previamente saben la procedencia profesional de los que hemos acudido
como público. Ella habla del "target" al que va destinada la información: divulgadores, directivos, maestros de primaria, y sobre todo “maestros” de
secundaria, nos dice. Los profesores de secundaria de repente nos reconocemos
porque nos miramos unos a otros de reojo.
Plantea la importancia de que al
final nos reunamos en grupos heterogéneos para poner en común ideas que puedan servir a la fundación para tomar el pulso de los diferentes colectivos
sobre el tema de cómo incorporar el método científico en la enseñanza.
El orden de los ponentes es el
que sigue: primero hablará el profesor (“maestro”) de secundaria en activo.
Después la pedagoga y a continuación el responsable político de innovación y
formación. Parece una secuencia lógica: inversamente proporcional al contacto
con la realidad.
Y en efecto , así resulta ser: el profesor nos explica, de manera muy esquemática y como
quitándose importancia, las razones que aducen los alumnos para explicar su
desinterés por la ciencia, qué estrategias podemos usar para contrarrestar
estos lastres que detectan los alumnos y cómo podemos convencerlos de manera
práctica de lo importante que es su alfabetización científica en su vida
presente y futura de ciudadanos; la pedagoga habla de las resistencias que
impiden implementar un método basado en el conocimiento científico en los
centros, de la importancia de vincular a toda la comunidad educativa, y de las
estrategias de actuación y liderazgo , algunas de ellas- si hacemos caso de las
miradas que sobrevuelan la sala del grupo mayoritario del target - un tanto
utópicas.
El político merece un punto y
aparte. A pesar de que se le presenta como alguien que ha pasado parte de su
vida profesional en la educación primaria y secundaria , como si se tratara de
subir los peldaños de una escalera que lleva a la estratosfera, su discurso
invita , desde el primer momento , a la desconexión. Parece como si se le
hubiera olvidado su pasado en las aulas. Habla de la importancia de la
formación en ciencia, tecnología y matemáticas. De lo importante que es nuestra
labor en las aulas, aunque ahora mismo no se nos puedan dedicar muchos
recursos. También dice algo así como que en nuestro trabajo nos “vaciamos” de
energías y conocimientos y por lo tanto necesitamos una formación permanente
que nos vuelva a “llenar”. No lleva un power
point , solo una diapositiva
con la web del Departamento , que no se abre en donde están los recursos de los
que habla. No concreta ninguna actuación. Usa muchas palabras para decir pocos
conceptos, las apura y les da la vuelta en su paladar como si se tratara de
caramelos. Se deleita escuchándolas. No está demasiado preocupado por
sintetizar para no abusar de nuestro tiempo y atención como lo estaba el primer
conferenciante.
No se hace preguntas, no se
plantea hipótesis, no tiene en cuenta las variables con las que trabaja. Y por
supuesto no llega a ninguna conclusión. Pero nosotros tenemos que ser capaces
de transmitir el método científico en el aula de manera innovadora. Él nos
explicará la manera de hacerlo y nos gestionará los recursos.
Lo cierto es que dan ganas de llorar...
ResponderEliminar¡Ánimo!
Gracias Pedro.No se si me acostumbraré jamás a los discursos de los políticos.Espero que no.
ResponderEliminarReal como la vida misma :-(
ResponderEliminarComo bienaventurada jubileta de "maestra" de secundaria durante 37 años, tu artículo me ha hecho pensar en un amigo que describía a inspectores y políticos diciendo "Sí, es un dels del "projecte engrescador", saps". No necesitaba decir más. Era de los que no estaban en el aula.
Ana Maria( no sé si te conozco) , yo creo que lo que nos distingue es que los que estamos en el aula tratamos de ser "engrescadors" con hechos, no con palabras.¡Gracias por pasarte!
EliminarSoy amiga de Maite Santamaría, a través de la cual tuve la suerte de encontrar tu blog, que es totalmente adictivo (ya se lo he pasado a mi hija también). De esos 37 años en el Departament d'Ensanyament (sic) pasé 30 en el Olorda, de Sant Feliu de Llobregat, no muy lejos del tuyo. Daba inglés. :-)
ResponderEliminarAna María!Ya sé quien eres. Yo creo que nos conocimos de reojo una de las veces que Maite vino a Barcelona y la viniste a buscar en coche a mi casa en Molins para llevártela a la tuya. Si , me había hablado mucho de ti.Yo estuve muchos años en Sant Joan Despí y ahora estoy en Martorell , en mi plaza definitiva. Bienvenida, y me hace mucha ilusión que me acompañes con tus comentarios y que me digas que el blog te resulta "adictivo".¡Un abrazo!
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