El punto de vista es difícil,
como si la escena estuviera dibujada desde la perspectiva de un perro- quizás
el de la chica-que quisiera subirse a la cama y avisarles del peligro. La
colcha grita con sus pigmentos imposibles
y la luz de la ventana acaba de romperse en mil pedazos mientras los
durmientes reposan totalmente ajenos a la pasión de esta pintura aparentemente
tan desapasionada.
No te lo vas a creer, pero esta es la tercera vez que intento dejar un comentario en este micro. Lo hice ayer y no sé porqué no aparece. Sospecho que me marché antes de comprobar que hubiese puesto bien las letras que demuestran que no soy un robot. Al darme cuenta ahora, volví a escribir y no sé a qué le dí, pero me fui a la entrada de hoy y adiós comentario. Así que seré breve.
ResponderEliminarTe contaba que me había gustado mucho esta pieza, Paz. Que me seduce la ventana abierta que nos dejas al no explicitar el peligro que les acecha y que en ello me dejo ir.
Un abrazo,
La luz y los colores de esta alucinante pintura de Toulouse Lautrec son de lo más peligroso, como para quedarse dentro del cuadro durante un buen rato.
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