Ilustración obtenida del blog Esta noche te cuento |
El día
en que le quitaron las dos ruedecitas a la bicicleta azul, Carlos sonrió de una
forma extraña a sus papás, que le animaban a circular “solito” por el patio
mientras le impulsaban -apoyando disimuladamente sus manos en el sillín- y se
miraban complacidos. Pero su emoción fue excesiva. Un repentino viento del
norte y la ligera pendiente del tiempo, propicia al despegue o al skateboard, hicieron el resto.
Desde
que perdieron de vista la silueta de su hijo adolescente, pedaleando allá
arriba contra un fondo de nubes de color violeta, no hacen más que preguntarse -leyendo
y releyendo las páginas del manual de autoayuda para padres primerizos- en qué
puñetera instrucción lo habían perdido.
Con este texto he participado en el certamen Esta noche te cuento en la edición cuyo tema eran las bicicletas.
No sé si llegué a leerlo en el blog de ENTC, son tantos que me pierdo.
ResponderEliminarMe gusta, a pesar de la tristeza. Espero que tengas más suerte que yo.
Un abrazo grande
No sé a qué te refieres con lo de suerte ( ¿ en el concurso? ¿ con los hijos?). No creo que sea seleccionada, pero me fue bien escribirlo. Pensándolo a posteriori: qué casualidad que haya escrito este micro justo el año en el que se me van de casa dos de los hijos. Qué mezcla tan tonta de tristeza y felicidad ¿no?
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