Atravesando
nubes de gas y vacíos de materia oscura, nuestro átomo de nitrógeno sale
disparado de la supernova y -tras un larguísimo peregrinaje- se sitúa sobre el
huerto de mi abuela. Como si esperara la ocasión -asido a las isobaras de los
nubarrones- cae con la lluvia. Deduciremos que una de las lechugas lo absorbió
del suelo y lo incorporó a la fresquísima hoja que mi abuela comió la noche en
que concibió a su hija. Vamos a conjeturar también que mi madre conservó aquel
átomo, agazapado en uno de esos tejidos que apenas se renuevan, mientras vivió.
Yo
también cultivo un huerto ecológico. Esta mañana, al recoger la urna, lo he
planeado. Acabo de esparcir un puñadito de sus cenizas sobre los pimpollos de
las lechugas, esas que este año me comeré con la secreta esperanza de retrasar
un poquito el devastador ciclo de la materia.
Esta ha sido mi propuesta para este mes en "Esta noche te cuento" con el tema "En la isla de las mujeres" y ha conseguido una mención del jurado
El cuadro es de Van Gogh
Tres generaciones de mujeres que siembran y recogen, con esperanza de eternidad. Bonito relato para pasar de madres a hijas
ResponderEliminarPuri, gracias por tu interpretación tan acertada. Voy a copiar un fragmento que acabo de leer en un libro, que corrobora científicamente una de las cosas que pensé y sentí cuando falleció mi madre este verano y que está en la base del cuento aunque la anécdota no sea cierta.
ResponderEliminar"Por la razón que sea, durante un periodo de tu existencia, tus átomos responderán a un único
impulso riguroso : que sigas siendo tú.
La mala noticia es que los átomos son inconstantes y su tiempo de devota dedicación es fugaz, muy fugaz. Incluso una vida humana larga sólo suma 650.000 horas y , cuando se avista ese modesto límite, o en algún otro punto próximo, por razones desconocidas, tus átomos te dan por terminado. Entonces se dispersan silenciosamente y se van a ser otras cosas" Bill Bryson Una breve historia de casi todo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarBrilliant!!!
ResponderEliminarGracias Susana , aunque no se cuál eres de las tres que conozco. Si no te pasas por aquí de nuevo me quedaré con la duda.Tres saludos, pues.
EliminarPrecioso relato Paz. Cómo ya te he dicho en ENTC me gusta esa mezcla entre la química (más materialista y con cierto fundamento científico) y la poesía que irradia el texto. Felicidades.
ResponderEliminarAbrazos
Anna, muchísimas gracias por tu doble comentario , aquí y allá. Es que no puedo evitar que me salga el ramalazo científico, siempre intento escribir entre un mundo y otro , hacer trabajar a los dos hemisferios cerebrales y ver qué sale. Abrazo
EliminarEnhorabuena, Paz, por la mención. No conforme con lo de la costilla te inventas lo de la lechuga. Como acto divino me gusta más. Un abrazo.
ResponderEliminar