Yo ya sabía que el premio Setenil tiene lugar en Molina de Segura
( Murcia) pero siempre me he imaginado ese lugar como un escenario de
película glamurosa antigua en un entorno hollywoodiense. De allí salía cada año
el libro que el jurado, formado por un puñado de escritores admirados e inaccesibles, consideraba el mejor libro de relatos publicado el
año anterior. Cada año averiguaba quienes eran los finalistas para apuntármelos
en mi libretita de pendientes, y varios años me he leído enseguida al ganador.
Resulta que este año la editorial Enkuadres envió mi libro Jardinería de interior, junto
con otros de la colección Microsaurio publicados en el 2019, al concurso. Y vuelve a resultar que han seleccionado como finalistas al libro de Ernesto Ortega y
al mío. Dos libros de microrrelatos entre los diez finalistas. Lo escribo para
acabar de creérmelo.
Los diez libros finalistas son los siguientes:
El nido vacío y otros relatos, de Saljo
Bellver (Sala 28)
Puntos de luz en la noche, de Isabel Cienfuegos (Ménades)
Un ciervo en la carretera, de Alberto Martínez (Libros.com)
Arteratura, de Fernando Martínez López (Malbec)
Los defectos de la anestesia, de Ernesto Ortega (Enkuadres)
Historias de la pequeña ciudad, de Antonio Pascual Pareja
(Pre-Textos)
Jardinería de interior, de Paz Monserrat Revillo (Enkuadres)
El niño que comía lana, de Cristina Sánchez-Andrade (Anagrama)
Electric city, de Nieves Vázquez Recio (Tantín)
El sistema métrico del alma, de Fernando Villamía (Trea)
La situación me sobrepasa. No iré a la entrega de premios, porque aunque entre estos libros está el ganador no voy a tener la suerte de ser yo
con mi libro pequeño de textos minúsculos. Pero quiero ir a Molina de Segura
en algún momento. Porque no pude hacerlo hace 23 años con ocasión de ganar con
mis alumnos un premio en el concurso de Jóvenes investigadores. Y
sobre todo, porque quiero comprobar cómo es ese territorio de la imaginación,
esa insólita ciudad en la que se interesan por la creatividad, por los relatos, los cuentos, los
microrrelatos.
Mucha suerte a tod@s, y una poquita más para el que al final gane. L@s demás nos podemos sentir muy afortunad@s de haber llegado allí. A Molina de Segura, ese lugar
mítico.
Si alguien quiere un ejemplar dedicado, me puede escribir un mensaje privado.
ResponderEliminarLos lugares soñados siempre me decepcionan un poco cuando los vuelvo reales... pero sí, ese se merece una visita :)
ResponderEliminarEnhorabuena, me alegro mucho por ti.
¡Muchísimas gracias! ¡Macondo, Yoknapatawpha y Molina de Segura!
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