Abrir un
libro de microrrelatos es como aproximarse a una estrella muy antigua justo
antes de estallar. Me atrevo a usar este símil astronómico en el caso del libro
de Araceli Esteves, La magia de lo común, por lo apabullante de la energía
concentrada en argumentos, temas y miradas que contiene. Esta formidable densidad
precede a la explosión, a la que nos exponemos con el sencillo gesto de entrar
en este libro, un artefacto solo en apariencia inofensivo.
Pero ¿cómo organizar el caos del universo? ¿Cómo clasificar todas
las partículas desprendidas por una supernova? Para atravesar el vacío, Araceli usa la ironía fina y menopáusica de
quien no tiene nada que perder (una aspirante a catedrática decide que
arrancarse un pelo de la barbilla es mucho más importante que defender su plaza
ante el jurado), metáforas hechas de agua (una mujer que es toda nubes granizo
y brisas) o de tinta ( las letras de los libros de texto se desmadran en cuanto
salen del entorno académico), juegos metalingüísticos (cómo construir un texto
orgánico si las palabras fueran los vecinos de una comunidad), paradojas espacio- temporales en el salón de
la casa, la reducción al absurdo ( un viaje espacial en el que tras una larga búsqueda
han olvidado cuál era la pregunta) y algunas imágenes de una originalidad rara
y contundente ( el ombligo como una puerta al cuerpo, un recién nacido con cola
de rata, sueños que se heredan o un
error fatal en la selección de buenos recuerdos para antes de morir).
Una vez las esquirlas de polvo estelar llegan a su objetivo, se
enquistan en el interior programadas para una última detonación con efectos
retardados. El impacto rasga fibras nerviosas y emocionales cuando aborda temas
como el proceso creativo (una almohada guarda las grandes obras de un escritor
al que se le ocurren las mejores ideas justo antes de dormir), el dolor que
infligimos a los otros, los espejismos de la fusión, la imposibilidad de
dejarnos atrás, la invisibilidad de lo que no sirve o la compasión enfrentada a
la transgresión. Galaxias enteras, bien encapsuladas, en tramas que aparentan
una cosa pero que son otra. Parodias políticas, puñetazos de ciencia-ficción,
humor negro y sueños, muchos sueños. De todo hay, en este universo que se
expande.
Destacan dos elementos que reflejan la tensión constante entre lo
cotidiano y lo extraordinario que recorre todo el libro: el agua fría y los
fantasmas. Hay unos cuantos fantasmas ahí adentro. Reto a los futuros lectores
a que encuentren los cinco variopintos espectros que habitan este castillo: uno
compasivo, otro vengativo, un tercero aburrido, otro necesitado de cariño y el
último que no se resigna a dejar de gritar. Pero, me da la impresión de
que el tema “estrella” del libro es la mismísima realidad. Las palabras la
husmean, le dan la vuelta, la retuercen, le levantan las faldas, y acaban
encontrando su escondrijo en este minucioso y audaz juego del escondite, para
finalmente desenmascararla.
“La magia de lo común” es una máquina trituradora de lugares
comunes y de autoengaños, un tablero de juegos de mesa que esgrime a la vez una
mirada política y una gran sensibilidad poética. Y un singular tratado de las
relaciones y las reacciones humanas. No se puede pedir mayor concentración de
ideas a 132 páginas con 86 relatos ilustrados. Porque, para colmo, los dibujos
de Llorenç Pubill complementan los textos con sutileza y acierto.
Se sabe que casi todos los elementos de la tabla periódica, y la
mayoría de los átomos que nos conforman, no proceden de nuestro sol sino de la
explosión de una de esas estrellas gigantes, una supernova semejante a la que ahora
nos ocupa y que con tan escasas herramientas no podemos abarcar. Les propongo
un estupendo y económico viaje espacial para que puedan recibir el impacto de estas
magníficas esquirlas procedentes de un mundo antiguo y profundo. El mundo
interior de Araceli Esteves.
Me ha gustado mucho la reseña y me han encantado los personajes que has descrito. En especial la catedrática, creo que estoy en ese momento de mi vida :)
ResponderEliminarNo sé si esta frase significa que eres una mujer en edad madurita. No sé, tampoco, si es correcto preguntártelo por aquí o asumir continuar con el misterio de la identidad de la ( casi) única persona que comenta en mi blog ( Gracias otra vez) No sé.
EliminarDigamos que soy una persona que empieza a estar un poco de vuelta de todo :) Supongo que eso viene con la edad, aunque no siempre. Tampoco es que faltes el respeto, es sólo que empiezas a saltarte un poco el protocolo..
ResponderEliminarY sí, me extraña no ver más gente por aquí, esto de los blogs... bueno, es un mundo extraño, ¿verdad?
Jajaja, pues seguimos con el misterio, sin problema! A mi ya me va bien que no haya mucho movimiento en mi blog,en esto soy bastante tranquila. Saludos!
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