Fotografía "robada" a la web de la microbiblioteca |
Ideas
parásitas, pequeños hurtos, quejas autocompasivas, acné persistente, resentimiento,
faltas de ortografía, y esa desagradable halitosis vital que me caracteriza.
Todo. Ahora lo sé. Absolutamente todo lo que soy se remonta a aquel paseo por
el parque. He necesitado diez años de terapia y cuatro sesiones de hipnosis
para que saliera a la luz el origen de todas mis miserias. Hoy lo he revivido,
de alguna forma lo he vuelto a experimentar: el fatídico momento en que levanto
la vista y me doy cuenta –con el desamparo de un corderito que es llevado a
sacrificar– de que le he cogido la mano a una señora que no es mi mamá. Ese
vértigo. Ese trauma germinal. Inmediatamente remachado por las risas de mi
hermano Abel. El favorito. El médico. El listillo incapaz de imaginar que en
breve recibirá una visita.
Con este microrrelato he quedado finalista en el último més del concurso de La Microbiblioteca de esta edición y he conseguido colarme en el libro "in extremis".
muy bueno Paz
ResponderEliminarGracias Elena,tú sí que eres muy buena. Un abrazo de los idem ( buenos)
Eliminarmuy bueno desde ese giro materno y ese final que se sabe fundacional... saludos, me quedo por acá...
ResponderEliminarMuchas gracias! Qué alegría que se añadan lectores a mi recóndito blog. ¡Bienvenido!
EliminarEnigmático relato que he leído con mi hija para intentar desentrañarlo pero no nos hemos quedado totalmente convencidos. Sin duda, Abel, el favorito, espera la visita de su hermano herido por sus risotadas y suponemos que es por motivaciones bíblicas y que tendrá el mismo desenlace que en el Génesis. No es desde luego transparente. Tiene trastienda.
ResponderEliminarPues la verdad es que no sé si un texto así se debería de intentar "explicar". Yo no tenía ninguna idea previa sobre su mensaje al escribirlo,simplemente partí de la imagen ( a mí me pasó, no sé si es algo común) del niño que se pega el gran susto cuando ve que le ha dado la mano a alguien que no es su madre, y lo demás fue saliendo sin planificación. Abel es un nombre bíblico y que despierta envidias, ciertamente.
Eliminaresa fina línea que separa los traumas verdaderos de las excusas para justificar todos los tropiezos , ¿verdad?
ResponderEliminarPues es otra manera de verlo, sí. Esto es lo interesante: que lo que se escribe, cuando sale afuera, explota en mil significados sin el control del que lo ha parido. Me encanta. Gracias por mostrarme tu esquirla, Beauséant.
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