1 Querida Paz, lo primero, enhorabuena por un libro como Hormonautas, repleto
de personajes, situaciones y diálogos tan bien diseñados. ¿Cómo le explicamos
al público que todavía no conoce la obra este título y la estructura de tu
obra?
Fisiología porque el eje vertebrador son las hormonas, esos mensajeros
químicos que modulan el equilibrio del
medio interno. Cada relato está relacionado de alguna forma con los efectos de
cada una de las 20 hormonas que encabezan los cuentos. No es un tratado de
endocrinología, es ficción, pero no he podido evitar poner un par de líneas
divulgativas sobre la hormona correspondiente para que se vea el vínculo con el
cuento.
La palabra Hormonauta, por otro lado, tiene reminiscencias a la navegación,
a la aventura, al viaje. El libro trata de moléculas que nadan bajo la piel
pero a la vez de historias que viajan a lo largo de todo el itinerario vital y
de aventuras de otras épocas. Diferentes tipos de viajes. Los personajes
descritos suelen estar bastante desubicados, tienen conflictos y limitaciones,
pero buscan su propio vellocino de oro como si fueran los mismísimos
Argonautas. O al menos eso es lo que se me ha ocurrido para justificar un
título probablemente injustificable.
El prólogo de Beatriz Alonso matiza ciertas características de tus cuentos,
como la cercanía, lo real y lo carnal y también el afán didáctico que exhibes
¿no está reñida la función pedagógica con la ficción literaria?
El libro consta de veinte relatos de ficción que se vinculan con la función que realiza en nuestro cuerpo cada una de las veinte hormonas que he elegido. Las hormonas son el hilo conductor que cohesiona el libro, pero como he dicho anteriormente no es un libro de divulgación científica. Más allá de una breve explicación sobre cada hormona a modo de nota al pie de la primera página de cada cuento, no hay ninguna pretensión didáctica, son cuentos. Ojalá lo que dice Beatriz en su magnífico prólogo se refiera a que mi prosa es inteligible.
El libro consta de veinte relatos de ficción que se vinculan con la función que realiza en nuestro cuerpo cada una de las veinte hormonas que he elegido. Las hormonas son el hilo conductor que cohesiona el libro, pero como he dicho anteriormente no es un libro de divulgación científica. Más allá de una breve explicación sobre cada hormona a modo de nota al pie de la primera página de cada cuento, no hay ninguna pretensión didáctica, son cuentos. Ojalá lo que dice Beatriz en su magnífico prólogo se refiera a que mi prosa es inteligible.
De todas formas, y contestando a tu pregunta, no creo que estén reñidas
ambas funciones, siempre que no estemos hablando de cuentos con moraleja o de autoayuda. Existe una tradición de excelentes divulgadores científicos cuyas dotes
literarias no tiene nada que envidiar a los mejores autores de ficción (me
vienen a la cabeza autores como Oliver Sacks, Robert M. Sapolsky, Isaac Asimov,
Stephen Jay Gould, Bill Bryson, o el mismísimo Charles Darwin). Me interesan mucho
los géneros híbridos, admiro y valoro la labor de los buenos divulgadores
científicos, de los libros que ponen al alcance de los no expertos conocimientos especializados (recuerdo cómo
disfruté leyendo la Historia del arte de E. Gombrich) o de los escritores de
crónicas de viajes desde el punto de vista literario.
¿Qué supone para ti como autora el alumbrar un libro de cuentos, donde demuestras nuestras fisuras, obsesiones y equívocos?
¿Qué supone para ti como autora el alumbrar un libro de cuentos, donde demuestras nuestras fisuras, obsesiones y equívocos?
Supone exponerme, mostrarme. Con todas las consecuencias que entregar algo
propio pueda conllevar: el reconocimiento, la indiferencia o el rechazo. Las tres posibilidades potencialmente igual de
peligrosas, así que como no hay escapatoria hay que aprender a lidiar con cualquiera que sea la reacción del
“otro”. Creo que para las personas
introvertidas como yo es un ejercicio muy saludable sacar afuera lo que es
íntimo y está protegido por el pudor. En
este libro estoy yo de una manera muy transparente porque mientras lo iba
escribiendo nunca pensé en un interlocutor que no perteneciera a mi entorno más
cercano. Y no me puse ningún filtro para resultar complaciente, comercial ni
políticamente correcta. Digamos que escribía para los míos y cuando me lo
publicaron se me fue literal y literariamente
de las manos. Pero ya estaba algo entrenada, pues llevo haciendo este
ejercicio de striptease de forma
deliberada desde que hace casi tres años abrí mi blog Crónicas desenfocadas, que me ha supuesto a la vez una gran evasión, un
aprendizaje de humildad y una manera muy libre de expresarme a través de
textos, imágenes y música…, además de haberme proporcionado unas cuantas
alegrías.
Hay una constante y sutil crítica a la educación que hemos recibido: ser el
mejor en vez de ser solidario, aprovechar el poder para abusar de los demás,
utilizar la formación para ascender a costa de la igualdad… ¿tu experiencia
personal se encuentra desarrollada en estos relatos?
Hay relatos con base autobiográfica, otros no. La mayoría es una mezcla
alícuota de experiencia e imaginación. Obviamente en todo lo que se escribe,
aunque se esté hablando de un personaje histórico, están las vivencias y las
obsesiones de quien lo escribe. Creo que la elección de los temas y las tramas nunca es casual. Yo no escribo
sobre amores románticos, ni sobre
personas muy felices y seguras de sí mismas. Tampoco sobre suicidas o gente que se
autodestruye, por poner ejemplos del otro extremo del espectro. No me toca la fibra sensible ni el éxito
rotundo ni la desesperación. Me he dado
cuenta, gracias a lecturas ajenas, que
mis personajes se sitúan en los
márgenes, en las fronteras de la
convención. Son gente que no se adapta a la norma, pero siempre sin
estridencias, con una cierta melancolía…nunca
como una reivindicación. Simplemente no
acaban de encajar. Me gustan los raros que no son del todo conscientes
de que lo son. Y en los alrededores de ese ecosistema cuyo primer eslabón está
formado por esa “estirpe de los
inadaptados” -como definió Iván Teruel a mis personajes- se puede observar el comportamiento de los que abusan, los que
medran, los que se creen adaptados o poseedores de la verdad. De los
depredadores, en algunos casos. Pero siempre como comparsa de los realmente
interesantes: los mansos, los “losers”, los que al no tener nada que perder
poseen una libertad muy valiosa. Me interesa la ecología y la psicología, y ahí,
mezclando disciplinas, juego torpemente con lo que he vivido, lo que observo y
lo que imagino.
Charles Byrne y la diferencia: el juego de contrastes que realizas es muy
interesante para lectores jóvenes y lectoras adolescentes: defiendes
elegantemente ciertos requisitos sociales como la tolerancia y el respeto, que
a veces vemos que no se cumplen a edades tempranas, pudiendo conocer noticias
desagradables sobre institutos y colegios: ¿alguna solución podría llevarnos a
comportamientos más sensatos?
Yo creo que la exposición temprana a la variedad, a lo diverso, a lo que no
es como uno… puede ser una buena vacuna contra la intolerancia y el rechazo hacia
los que son diferentes. La uniformidad,
aparte de ser aburrida, puede ser peligrosa.
Hay un índice en ecología, el índice de Shanon, que mide la complejidad
de los ecosistemas cuantificando la diversidad de las especies que lo componen.
Los ecosistemas más pobres -por ejemplo un monocultivo- solo son sostenibles a base de inyectar mucha
energía externa, en cambio los que tienen un índice máximo -como la selva
amazónica- se autorregulan y son ecosistemas más maduros y equilibrados. Yo
trabajo en un instituto de “máxima complejidad”, en el que hay chavales de muy
distintos orígenes y culturas, y tengo la hipótesis de que hay muchos menos
conflictos de bulling que en un
colegio de niños uniformados procedentes de un entorno muy similar.
“Cómo salvarse de todo el dolor sucio y radiactivo que provocan los demás,
que provocamos nosotros”. ¿Es la
literatura una disciplina de acercamiento al otro? ¿Es un lenguaje, el
literario, que puede servir como puente para la comprensión entre personas?
Es que la literatura es un tipo de comunicación muy extraña ¿no? Me voy a sacar de la manga una teoría
literaria de pacotilla, pero yo pienso que funciona a partir de unas características
bastante peculiares: lentitud, unidireccionalidad y azar. El mensaje no es espontaneo sino meditado, y no se
sabe cuándo llegará al hipotético receptor. Si consigue llegar al lector, del
efecto que produzca en él nunca se enterará el escritor. Y esa comunicación en
diferido solamente se dará si confluyen una serie de circunstancias aleatorias.
Esto, que haría pensar en una comunicación defectuosa comparada con la relación
directa entre dos personas, puede conseguir efectos más profundos y duraderos precisamente
por el tiempo lento, por lo impersonal y porque conecta con lo universal. En
este sentido el acercamiento entre autor y lector es un efecto colateral
bastante improbable pero muy efectivo en caso de que se logre.
Respecto a la frase del libro y a tu pregunta: desde el momento en que con
la literatura se consigue -aunque sea de forma incompleta- poner en palabras sensaciones relacionadas
con el sufrimiento, con las heridas recibidas o presenciadas… una parte de ese
dolor se fija en el texto y puede ser de alguna manera exorcizado. Como
hablamos de emociones comunes, el texto puede actuar como un espejo en el que
se reconozca el lector. Yo creo que la exposición de los mecanismos que
provocan insatisfacción en las relaciones humanas se muestran mejor a través de
la ficción que mediante otros formatos (ensayo, libros de psicología…) Que eso
ayude al escritor o al lector a comprenderse o a comprender a los demás es otro
asunto.
Las enfermedades están presentes en estos relatos en mayor o menor medida
¿cómo definirías las enfermedades endocrinas? ¿Cómo se puede convertir este
campo de la medicina en un libro de relatos?
Las hormonas dan mucho juego en varios aspectos, uno de ellos es que
cualquier exceso o defecto en la concentración de una hormona provoca una
enfermedad, por poner dos ejemplos conocidos: un déficit de insulina provoca
diabetes y un exceso de tiroxina
hipertiroidismo. Desde el punto de vista literario, la justificación para haber
usado estas moléculas como eje vertebrador del libro es la siguiente: las
hormonas actúan reajustando constantemente el equilibrio del medio interno ante
cualquier amenaza interna o externa, sus efectos en el organismo se manifiestan
a medio y largo plazo y tienen mucha relación con nuestra conducta (todo el
mundo conoce los efectos de la adrenalina o la testosterona en nuestra manera
de actuar). Cualquier desajuste en la producción de una hormona, pues, tiene
consecuencias en el comportamiento, y yo he aprovechado este conflicto
fisiológico para construir el conflicto que debe subyacer en cualquier relato
de ficción.
¿Qué autores sueles leer? ¿Alguna escritora te marcó con su discurso y no
puedes olvidarla? Nos interesa saber algún referente literario – o científico,
por supuesto- que te haya servido de inspiración.
Me centraré en las autoras que me han impactado, y las ubicaré en los
géneros en los que más me han convencido. Los relatos de Margarite Yourcenar,
Alice Munro, Mary Gordon, Jumpha Lahiri, Joyce Carol Oates o las grandes damas
sureñas. Las crónicas de Jenny Disky o Chantail Maillard. Los ensayos de
Virginia Woolf, Natalia Ginzburg o Carmen Martín Gaite. Las novelas de Nancy
Huston, Jeanette Winterson, Tracy Chevalier o Lucia Berlin. La poesía de Wislawa
Szymborska o Olga Orozco. Los microrrelatos de Ana María Shua, Susana Camps,
Beatriz Alonso o Laura Valenzuela.
¿Qué piensa Paz Monserrat del futuro? ¿hay proyectos profesionales a la vista?
¿Qué piensa Paz Monserrat del futuro? ¿hay proyectos profesionales a la vista?
Pues ahora mismo estoy un poco resacosa, acusando el cansancio de todo un curso,
y tengo la cabeza tan árida como una isla volcánica llena de cenizas. Tengo que
aprovechar las vacaciones para hurgar en mis libretitas y resucitar ideas de
entre los apuntes que voy tomando. Me encanta que mis notitas se conviertan
en relatos para tacharlas después en la
libreta correspondiente. Creo que tengo varias cosas en mente de las que
todavía no soy lo suficientemente consciente
como para verbalizarlas, he de pararme a pensar en qué dirección quiero ir, o
si simplemente me dedico a leer y a vivir hasta que se me impongan los temas y
los proyectos.
Muchas gracias, Paz, por tu
tiempo y tus respuestas.
¡Escritora!
ResponderEliminar¡Y tú más! jiji
EliminarBesotes, Ximens