Entrar en la sala Sagarra del
Ateneu Barcelonés es lo más parecido a aparecer al otro lado de una máquina del
tiempo. Una estancia en la que en lugar de paredes hay estanterías-cuyos
cristales te reflejan pero a la vez insinúan y guardan un tesoro de lomos antiguos
y sabios -no parece pertenecer a la misma categoría espacial y temporal que el
mundo que acabas de dejar afuera. Un espacio que, igual que los claustros y los anticuarios, invita
a la reverencia y al silencio.
El lunes 29 de enero del 2016 a las 7 de la tarde ese lugar fuera del tiempo se fue llenando de personas procedentes del otro lado. Alumnas, ex alumnas, parientes, hijas, amigas, compañeras de trabajo de la “escritora”, periodistas, actrices… ( y sus respectivas versiones masculinas) , microrrelatistas, un catedrático emérito y un par de desconocidos. A medida que traspasaban la puerta, e independientemente a cómo hubiera sido su día hasta ese momento, algo semejante a una capa invisible de sosiego les cubría sin que lo pudieran evitar. Entonces sus rasgos se suavizaban y todo se hacía más lento y difuminado.
El lunes 29 de enero del 2016 a las 7 de la tarde ese lugar fuera del tiempo se fue llenando de personas procedentes del otro lado. Alumnas, ex alumnas, parientes, hijas, amigas, compañeras de trabajo de la “escritora”, periodistas, actrices… ( y sus respectivas versiones masculinas) , microrrelatistas, un catedrático emérito y un par de desconocidos. A medida que traspasaban la puerta, e independientemente a cómo hubiera sido su día hasta ese momento, algo semejante a una capa invisible de sosiego les cubría sin que lo pudieran evitar. Entonces sus rasgos se suavizaban y todo se hacía más lento y difuminado.
Aunque venía algo sobrepasada y con
una vaga sensación de impostura, ese curioso síndrome afectó también a la autora de Hormonautas con
la virulencia de una radiación. Y no se sabe si fue el calor humano, la
atmósfera de fotografía en sepia o la cálida presentación que hizo Jordi Muñoz, el director de la Escola
de Escriptura, lo que derritió cualquier resto de tensión en la espalda y en el
ánimo de la única responsable de este libro de lomo raquítico pero con
reminiscencias a los argonautas.
Lo demás fluyó como por embrujo: la
lectura por parte del catedrático de bioquímica, Miquel Llobera, de una “Hipótesis” muy poco científica. La certera
disección que hizo la escritora Laura Freixas -que tiene nada menos que
un observatorio sobre la paridad “Clásicas y modernas” -de los relatos del
libro desde la perspectiva de género. La
versión de los hechos que dio la autora de las criaturas hormonadas. Y la
espectacular representación del prólogo de Beatriz
Alonso ( Sí ,sí, un prólogo
escenificado ¿ qué pasa? ) por parte de María
José Lesmes, dirigida por Miguelángel
Flores. Varios de los personajes salieron por un momento de las páginas del
libro, se pusieron en pie y desfilaron por la sala gracias a la increíble
capacidad de la actriz de dar vida a las palabras.
Y durante esa hora y de forma
indolora (mejor dicho, de forma asombrosamente placentera) se cerró un círculo
que había empezado a dibujarse quince años antes allí mismo, cuando la narradora
de las hormonas que navegan se inició en el arte de escribir cuentos, esos que
ahora entregaba en el lugar apropiado aunque aparentemente en otra época y en
otra dimensión.
( Las magníficas fotos que componen este vídeo son de Anna Espí)
Deseando estoy de que vengas a Madrid a presentarlo. Felicidades!!!!
ResponderEliminarAhora mismo necesito un respiro para metabolizar las de aquí, pero no te digo yo que más adelante, si se tercia, y uno de los Montes mueve sus hilos prodigiosos...
EliminarAbrazos, Ximens!
Un precioso vídeo que me ha dejado boquiabierto por la intensidad e interés del acto lleno de buen humor, dramatismo y alegría. Las fotos son magníficas, un uso del desenfoque realmente espléndido, y que me da idea clara de lo que pasó allí. Felicidades, Paz. Tu libro ya está rodando, y esta vibrante presentación (y representación) es prueba clara de ello. Adelante. Voy a encargarlo en Amazon.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me hace mucha ilusión que te lo vayas a comprar, Joselu. Y me encantaría que si lo llegas a leer me comentes con toda franqueza qué te ha parecido. Lo del Ateneu fue muy sorprendente, como entrar en otra dimensión, en otra época. Muy chulo y muy emocionante. Voy a las presentaciones con muchos miedos y una vez allí todo se funde y fluye, Una experiencia muy interesante y muy curiosa.Un abrazo agradecido Joselu
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