Publicaciones

domingo, 5 de mayo de 2013

Lo mejor




Elisa observa embelesada cómo su niña juega con la hija de la señora. Una rubia, con bucles de princesa; la otra enjuta, con ojos negros, enormes y atentos. Le encanta que se entiendan tan bien.
Se siente feliz de poder servir en esta casa en la que le dejan criar a su hija mientras controla con pulso implacable cacerolas, sábanas y corrientes de aire.
Las mira ilusionada, anhelante.
No podría desear mejor destino para su Adela-y se lo pide a Dios cada día-que todo siga su curso natural. Que ambas crezcan, asuman mansamente lo que se espera de ellas,  y que por fin un día su princesa pueda ser la criada de esa niña rubita.

3 comentarios:

  1. Me recuerda mucho aquella época gris pasada y por venir. Era el anhelo de la servidumbre, seguir al servicio de los señores, y la continua amenaza de estos.

    ResponderEliminar
  2. Este micro escuece, Paz. Suscribo, palabra a palabra, lo dicho por Ximens.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Pedro , Ximens, aparte de comentaros que esto está basado en algo real,me gustaría pensar que las madres, independientemente de su mentalidad y del daño que puedan hacer a sus hijos con según que deseos,siempre quieren lo mejor. Y si es así, eso las hace inmunes a la crítica. He dicho. Yo, que soy una madre numerosa jaja.
    Abrazos fuertes a mis dos acompañantes de bitácora.

    ResponderEliminar