"Leo
en todo momento, cuando no estoy haciendo otra cosa que me lo impida. Quiero
decir, leer es el estado natural del ser humano, ¿verdad?.Leer es lo que uno
desearía estar haciendo siempre.Se trata de tener algo para leer siempre a
mano: en la cartera, en el bolsillo, en el baño, en la mesa de luz, en el
estante , en la computadora, sobre la mesa de la cocina y la del comedor, en casa de amigos y parientes, en la oficina. Entonces uno abre el libro,se
zambulle y zas. Allí se va, leyendo por el río de las palabras. Si, es lectura
escapista. Houdini lector. Leo como quien respira. A veces es inevitable
contener el aliento , pero en cuanto saco la cabeza fuera del agua ( ese efecto
se produce , curiosamente cuando me sumerjo en la lectura) otra vez estoy allí,
leyendo. En los vehículos de transporte, qué maravilla. En el metro, por
ejemplo, en las horas pico, con los brazos levantados, apoyando el libro sobre la nuca o la espalda de un desprevenido
compañero de viaje. En el metro vacío, cómodamente sentada, un poco culpable
siempre por la ausencia de la realidad. ¿Sobre qué voy a escribir si no miro ,
si no sé , si no estoy? Leo en el baño, siempre y largamente. En la cama ¿ por
qué no? .Pero qué bueno en la cocina , comiendo , simultaneidad del placer. En
los bares , tomando cortaditos. En los aeropuertos, casi sin mirar el reloj. En
la bañadera. Caminando. He llegado a caerme en un pozo por leer en la calle,
pero no por culpa mía , fue el pozo artero que me atacó , disfrazado con un
plástico negro. En las colas de oficinas públicas y bancos y supermercados.( Ah
, con qué gusto extraigo mi libro mágico en todos los lugares donde no quisiera
estar) ¿Dónde no leo? Debería preguntarme. Nunca leo en la ducha , ni cruzando
la calle , a menos que haya luz verde”
De una entrevista a Ana María Shua publicada
al final de su libro de cuentos recién salido del horno “ Contra el tiempo”.
¿ Cómo ha podido describir tan bien Ana
María Shua todos los síntomas de lo que
me ocurre a mi?
Aunque yo jamás compro libros el día
de San Jordi ( solamente me reprimo este día) me parece un texto magnífico sobre
la felicidad que sentimos los lectores compulsivos al poder leer en todos los
intersticios de la vida.
Aquí abajo el vídeo (grabado por Susana Camps) de mi lectura de uno de los microrrelatos de la gran Ana María Shua en la presentación de su libro "Contra el tiempo".Y dos fotos de la presentación: La autora conversando con Ginés Cutillas, y los microrrelatistas ( Jesús Esnaola , Mónica Sempere , Miguel Angel Flores, Xavier Blanco y yo) leyendo. Miguel Angel haciendo de las suyas, reverencias entre otras cosas.
Aquí abajo el vídeo (grabado por Susana Camps) de mi lectura de uno de los microrrelatos de la gran Ana María Shua en la presentación de su libro "Contra el tiempo".Y dos fotos de la presentación: La autora conversando con Ginés Cutillas, y los microrrelatistas ( Jesús Esnaola , Mónica Sempere , Miguel Angel Flores, Xavier Blanco y yo) leyendo. Miguel Angel haciendo de las suyas, reverencias entre otras cosas.
Me parece que hoy no salgo de tu casa, Paz. :-)
ResponderEliminarA mí me pasa exactamente igual. Es más, cada vez que cojo un transporte público (que por razones que no vienen al caso cada vez es con menor frecuencia), no dejo de preguntarme cómo es posible que haya gente que no vaya leyendo.
Tengo un espejo formidable en el que mirarme. Mi madre aprendió a leer y escribir siendo mayor de edad. Desde entonces y hasta hoy, con casi ochenta años, no deja de leer a la menor oportunidad que tiene.
Un abrazo,
¡Ah! y ¡Feliz día del libro!
Pedro , yo siempre estoy deseando hacer largos trayectos en metro o en tren en los que estar de cuerpo presente y mente zambullida en un buen libro.El colmo de la felicidad fue hace dos años que me embarqué en un interrail de quince días por centro europa.Lo que cuentas de tu madre me conmueve. Ella no lo sabía pero te trensmitió el gen de la lectura compulsiva!
EliminarAbrazotes
Qué bien. Me hago a la idea pues yo estuve en la presentación en La Central. Tengo que leer más de ella.
ResponderEliminarXimens, la presentación fue una delicia. Aparte de la emoción y la sensación de "qué hace una chica como tu en un sitio como este", la charla que mantuvo con Ginés y la actitud tan cercana y natural de "la Reina" ( como la llamó Miguelangel Flores) fue una gozada. Lo disfrutamos mucho.De esas cosas para contar a los nietecitos jaja
EliminarLee, lee su cosas. El primer cuento de este libro es muy divertido: las delicias de la maternidad jaja
Un abrazo
¡Qué guapa es mi madre y qué bien habla!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarLos que conocen a la hija saben quién es la guapa. Y esa no habla: declama! Y para colmo sabe hacer masajes. ¡Gracias preciosa!
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