Publicaciones

viernes, 4 de enero de 2013

Secuestro




Diez años después de su muerte, el rabino Samuel Krakelnik decidió darse un paseo por algunas de las ciudades a las que había deseado viajar en vida.
Eligió las diez primeras de una lista que confeccionó cuando, en sus últimos años, ya inválido de cuerpo pero con la mente alerta, se dedicaba a escribir listas de objetos y de deseos.
Las primeras nueve ciudades las disfrutó como si aun poseyera todos sus sentidos.
La décima ciudad era Venecia.
El olor a humedad y a salitre, la bruma que el  Adriático exudaba en las madrugadas, y el óxido verde que cubría los embarcaderos, le disuadieron de prolongar su estancia allí por mucho tiempo. Ya se sabe que el agua, en todas sus manifestaciones, es un elemento muy  corrosivo  para la materia coagulada de la que están hechos los espíritus.
Cuando, tras dos días de visita, el rabino Krakelnik se disponía a regresar al cementerio de Praga, quiso dar un último vuelo a la misma altura que las  gaviotas para retener la visión del laberinto más complejo que había contemplado en su larga vida de estudioso de la cábala.
Eran las doce del mediodía de un domingo. Samuel Krakelnik se elevó sobre el Gran Canal. Las campanas de  Venecia empezaron a repicar todas a la vez, componiendo una figura geométrica de sonidos equidistantes.
 El  dibujo obsesivo formado por los ecos de esa música  enredó los hilos del cuerpo indeciso y húmedo del rabino, que se quedó oscilando entre las cúpulas de campanarios cristianos mientras la pequeña sinagoga de Venecia contemplaba impotente semejante secuestro.

5 comentarios:

  1. Enhorabuena, Paz. Y gracias por compartir esos textos tuyos tan elaborados y tan medidos. Oscilando entre tus letras me quedaré.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. ¡Excelente, Paz! Un micro que juega con las paradojas, dejando en el lector la necesidad de cerrar los círculos.

    Me alegra sobremanera que te hayas decidido a dejarte leer en la blogsfera. Señalaré el camino desde mi rincón para que aquellos amigos que no te conocen puedan venir a disfrutar.

    Volveré cada vez que vea la luz encendida.

    Un abrazo y feliz 2013.

    ResponderEliminar
  3. Gracias David. Si, quédate y nos leemos.
    Gràcies Jordi , tu només cal que entris per les fotos , els relats ja no són sorpresa,oi?.
    Pedro,tu generosidad te precede. Gracias por ayudarme a la difusión.Intentaré encender la luz al menos una vez por semana.

    ResponderEliminar
  4. ¡Bravo Paz! Me alegro de leerte y de aprender sobre la materia coagulada de los espíritus y la geometría de los sonidos :-)
    Qué alegría que hayas decidido empezar. Muchos, muchos besos

    ResponderEliminar