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miércoles, 21 de marzo de 2018

Mitad mujer, mitad mar



Remedios Varo 

La señora que ha compartido sauna conmigo en la piscina municipal me ha enseñado las cicatrices de sus once operaciones. La mía, de apendicitis, se ha encogido hasta casi desaparecer ante el mapa de carreteras que recorría su cuerpo. Al final me ha aclarado que es una enferma rara, de esas que los médicos no atinan cómo curar. Hace poco se perdió el crucero que le regaló su prima por culpa de una de las operaciones, le hacía tantísima ilusión…
Ahora, entre un ingreso y el siguiente se viene a la piscina. Se lo  recomendaron en el hospital. Y se encuentra muchísimo mejor, ya no le pica tanto ese eczema que le dibujaba escamas en la piel.  Además ha conocido a otras, ya no se siente sola. Sus compañeras de Aquagym y ella, como viejas sirenas, subliman su  añoranza de salitre y tempestades en este tanque que apesta a cloro. Las olas las fabrican ellas mismas con sus chapoteos científicamente guiados por ese monitor tan buen mozo.
Y como ya no pueden cantarles a los marinos incautos desde las ventanas, charlan entre ellas y despotrican alborozadas de sus maridos, que las esperan en casa  varados frente al televisor.


Con este microrrelato participo en la actual convocatoria de Esta noche te cuento, concretamente aquí
Fotografía de René Maltête, propuesta por Esta noche te cuento para esta convocatoria.


3 comentarios:

  1. Me ha gustado la lectura. Sonrío al leerte.

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    1. Gracias, Andino. Me alegro de que sonrías con mis textos. Un saludo!

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  2. Es un texto hermoso el cual relata una triste realidad, pero aun así, es hermoso.

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