Publicaciones

lunes, 28 de julio de 2014

Memoria prodigiosa





Todavía me alteran los portazos. Recuerdo la escena con total claridad: el aullido saliendo de su boca asimétrica, mamá corriendo para abrir la puerta, el color violeta de ese dedo transformado en lombriz, la marca de viruela en el brazo tembloroso de mamá, los cubitos de hielo envueltos en una bayeta…Hace más de veinte años que mi hermana se pilló el dedo en la puerta de la cocina. Aun conserva una muesca con textura de pergamino y forma de media luna alrededor de su meñique deformado.
Lo más curioso es que, según mi madre, yo no estaba allí.



Subo a primera fila este micro , con el que- según me acaban de avisar- he obtenido un accésit en el Segundo Concurso Colaborativo de Cuentos para el andén. Acompañando a amigos admirados como Asun Gárate , Lorenzo Rubio y Ricardo Álamo. Enhorabuena a la ganadora y a todos los seleccionados.  ¡Estoy feliz!



                                               Cuentos para el andén nº 30 Septiembre                                      
 


6 comentarios:

  1. Un micro estupendo cuya intensidad de efecto se apuntala en la maldad disimulada, Paz; esa maldad que no solemos querer aceptar cuando quién la lleva dentro no supera el metro de altura.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  2. Una historia tantas veces de seguro escuchada en el ambiente familiar que se ha instalado en la mente del (o de la) protagonista como un falso recuerdo. Suele pasar en la realidad.

    ¡Felicitaciones por el blog y el nivel de los relatos!

    Saludos cordiales

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Excelente texto que se abre a la imaginación del lector con maestría.
    Abrazo admirado.

    ResponderEliminar
  5. ¡Gracias Yolanda, muchas gracias!. También a los antiguos comentarios de Pedro y Gabriel, de los que he eliminado mis respuestas en las que daba pistas de las intenciones del relato, instauro pues la libertad total de interpretación.

    ResponderEliminar