No se ponen
de acuerdo. Unos hablan de una mutación del cromosoma Y. Otros de una rara
anomalía genética que provoca ambigüedad en los genitales. Se han aportado pruebas
sobre un tipo de hermafroditismo que vuelve delicados y livianos a quienes lo
sufren. En los pasillos se cruzan
expertos y asesores procedentes de todas las disciplinas: políticos,
economistas, especialistas en arte antiguo y rabinos estudiosos de la cábala.
Mientras en
las comisiones de la Cumbre Internacional representantes de todos los países
deliberan sobre el sexo de los ángeles, yo intento llenar el carro de la compra
familiar con veinte euros.
Desde luego, hay gente que no toca con los pies en la tierra.
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