Foto tomada en Nottingham
A mí ella me
daba mucha pena. Fue uno de mis primeros trabajos en el bufete. Era incapaz de mirarla a los ojos mientras llevé el caso en el que se inculpaba a su marido por no cumplir con el horario laboral. Si
quieres mi opinión, hubiéramos tenido que llegar a los tribunales, así ella hubiera sabido la verdad. La mujer, cuando se enteró de que habían investigado a su marido por incumplir su contrato, no hacía más que repetir: “¡Mi pobre
Manolo, con lo trabajador que ha sido siempre!” Le apoyó y creyó en él durante todo el proceso.
Aunque al final
llegamos a un acuerdo nada ventajoso para mi cliente, él quedó satisfecho porque su única
obsesión era no comparecer a juicio. De esta manera no salió a la luz el vídeo
de los detectives contratados por la empresa en la que trabajaba, en el que se le veía con la rubia
entrando en un hotel en horario de oficina para menesteres clarísimamente distintos
a los propios de un viajante.
Esa mirada entre
maternal y condescendiente- como quien consiente a un chiquillo- que le dedicó su
mujer tras el pacto todavía me escuece en la memoria.
Para Laura
Paz, hay un algo en tu relato que me despista, parece que todo se reduce a un caso de infidelidad conyugal con resultado de divorcio. Me sorprende que la abogada pida cárcel, que la mujer haga referencia a lo buen trabajador que ha sido (qué nada tiene que ver con la fidelidad). Por el final y en general creo que la abogada tira a talibán, y la mujer a simple. No sé, ya sabes, problema mío.
ResponderEliminarUy , entonces es que no me he explicado bien. Me pienso cómo cambiarlo para que se entienda mejor...Gracias Ximens , me encanta que se pueda interactuar de esta manera con los textos.
ResponderEliminarYa, Javier.Un par de pequeñas pinceladas. A ver. Pero no sé yo si el cambio ha sido suficiente para quitarle "insulsez" al texto. Al ser realista cuesta más hacer juegos malabares. Enfin...
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